Flores secas y preservadas

La pasión, el amor, el respeto por la naturaleza y por las flores secas y preservadas, me llevó, hace casi 50 años, a diseñar y crear complementos para el pelo y bodas. ¿Te imaginas adentrarte en una aventura de esta intensidad completamente sola?

Fue tanta la pasión que despertó en mí el mundo de las flores, lo que representan, lo que transmiten, las emociones que llegan a quien las regala y a quien las recibe, que no podía quedarme tantos sentimientos para mí sola. Así que decidí emprender y hacer de esta pasión, mi profesión.

¡Una aventura que aún hoy perdura! Emprender hace casi 50 años no era lo mismo que ahora, por supuesto. Diferentes circunstancias y diferente el mundo en el que vivíamos.

En el transcurso de estos años he vivido prácticamente de todo. Empecé con pequeños bouquets, vendiéndolos por las tiendas. Si algo me caracteriza es que nunca en la vida me han caído los anillos, como se suele decir. Mujer hecha y derecha donde las haya, apasionada y segura de mí misma con aquello en lo que creía, y sigo creyendo.

Y esa perseverancia me llevó a trabajar, hoy día, para eventos, bodas, comuniones, y todo tipo de celebraciones, personalizando cada trabajo para cada ocasión, gracias a un pequeño equipo de personas increíbles que trabajan conmigo.

La creatividad es mi pasión. Mis diseños están llenos de flores secas y preservadas. ¿Y sabes lo mejor? Todo sale de mi refugio, mi taller, un rincón donde la imaginación solo tiene como límite el que uno le ponga.

Ver y leer la felicidad cuando entregas algo con tanta emocionalidad, me llena de satisfacción y orgullo, es casi inexplicable, un sentimiento inconmensurable que hace que merezca la pena cada esfuerzo por llegar aquí. Sí, el aquí y ahora. Es cuando te das cuenta de que todo ha merecido la pena, tanto trabajo para lograr la felicidad de otros, y la nuestra propia.